Tres reflexiones me vienen a la mente con la ilegalización preventiva de Sortu.
La primera es que a lo mejor la democracia española es tan débil que no puede permitirse legalizar una opción política. Más cuando la ley de partidos puede ilegalizar a posteriori al partido y puede expulsar a miembros electos de instituciones.
La segunda es una reflexión totalmente opuesta, la democracia española es tan prepotente que cree que puede silenciar proyectos que se ajustan a la legalidad, con lo cual se infiere que una democracia prepotente y censuradora deja de ser tal.
Y tercero, sintomáticos los votos particulares en contra, aunque muy minoritarios, demuestran que la ilegalización preventiva quizá se tenga que echar atrás, aunque entonces para Sortu sea demasiado tarde cara a las próximas elecciones munipales y forales.
La primera es que a lo mejor la democracia española es tan débil que no puede permitirse legalizar una opción política. Más cuando la ley de partidos puede ilegalizar a posteriori al partido y puede expulsar a miembros electos de instituciones.
La segunda es una reflexión totalmente opuesta, la democracia española es tan prepotente que cree que puede silenciar proyectos que se ajustan a la legalidad, con lo cual se infiere que una democracia prepotente y censuradora deja de ser tal.
Y tercero, sintomáticos los votos particulares en contra, aunque muy minoritarios, demuestran que la ilegalización preventiva quizá se tenga que echar atrás, aunque entonces para Sortu sea demasiado tarde cara a las próximas elecciones munipales y forales.
1 comentario:
Estoy en contra de la ilegalización de partidos políticos.
Aralar es la escisión de Euskal Herritarrok producida cuando ETA decidió romper el alto el fuego indefinido.
El Estado Español debe ser destruido, pero el camino no es el insurreccional, hay que abandonar el modelo de MLNV que Herri Batasuna representó políticamente en los 80.
En Euskal Herria, pero esta lección vale también para quienes en Aragón se referencian en ese modelo.
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