viernes, marzo 25, 2011

Libia



La situación sería divertida si no hubiera muertes de por medio. Escuché entero el debate en el congreso español sobre la participación española en la revolución libia. No sé por qué los políticos no son sinceros en estos temas, al fin y al cabo wikileaks ya nos ha informado cómo funciona el mundo real de la diplomacia de la mayor potencia mundial.

El presidente tendría que decir que dada la situación económica española no sería nada recomendable meterse en una costosa intervención militar. Más teniendo en cuenta que no se ha optado por dirigir ningún tipo de acción contra esa satrapía llamada Marruecos cuando arrasó el campamento saharaui en El Aaiún. No olvidemos que fue la primera revuelta del mundo musulmán y que la inició un país que hace menos de 40 años era territorio español y que ahora está sometido e invadido.

Tendría que haber dicho que no se piensa en actuar con otros tiranos, pero que con Gadafi es distinto por diferentes razones:

a) Es un escenario donde España se ha de hacer notar como potencia militar estratégica, quedarse atrás significaría en un futuro que no se contara con ella a no ser que fuera estrictamente necesario.

b) Esta intervención y apoyo servirá para que posibles intereses regionales españoles en el Mediterráneo sean posteriormente apoyados por Francia, fundamental en estos lares.

c) La estabilidad política de la zona está por encima de otras consideraciones. España no se puede permitir (y menos aun cuando la economía está como está) que un país cercano empiece a mandar decenas o centenares de miles de expatriados, además la inestabilidad se podría contagiar a Argelia, convirtiendo a los dos países más importantes del Magreb en cuanto a producción de hidrocarburos en un avispero y en una pesadilla para los países ribereños del Mediterráneo.

d) En definitiva, aunque la intervención muestre la hipocresía del gobierno y sea una aventura que puede costar mucho dinero, la crisis social y económica que se podría producir es de tal calibre que el gobierno del PSOE ha decidido sumarse al ataque.

No digo que comparta el análisis que acabo de exponer, simplemente me limito a decir que los gobiernos y los políticos ganarían en credibilidad si dijesen la verdad. Al menos yo prefiero eso a que me digan que lo hacen "por razones humanitarias y para derrocar a un dictador". Pues que empiecen por la mayor dictadura del mundo, China.

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