miércoles, noviembre 29, 2017

Las banderas de los perdedores

No tengo nada en contra de los perdedores. Son las personas que hacen la historia interesante y, de hecho, en la mayoría de luchas en las que me he embarcado partía con pocas posibilidades de ganar. Es más, partía de la base de que era una perdedora, al fin y al cabo la que nada tiene es la que puede aspirar a ganarlo todo.

Pero hay personas que son perdedoras y no lo saben, y esas personas me producen profunda ternura.

Hoy voy a hablar de un grupo de perdedoras que no saben todavía que lo son, y lo creen porque  ciertamente parten de una posición de superioridad y fuerza, pero no se han parado a analizar las consecuencias de sus acciones.

Hablo (o escribo) de todas las aragonesas que se han dedicado a decorar sus balcones y ventanas con la bandera de España para hacer frente al "desafío independentista".

Son perdedoras porque tienen dos opciones básicamente:

a) Catalunya se independiza.

b) Catalunya no se independiza pero obtiene beneficios por parte del gobierno central.

En la opción a, claramente son perdedoras de tomo y lomo. Hay que reconocer que es muy improbable en el corto y medio plazo, pero si así fuera perderían.

La opción b es la más plausible en el corto plazo. El gobierno cederá parte de su soberanía (a través de impuestos y alguna transferencia a la Generalitat) y eso hará que la cosa se parchee.

Claro, si a un territorio como Catalunya le das más capacidad de gestión y más recursos económicos, teniendo en cuenta su base socioeconómica (desarrollo de industria y su sector servicios) y añadimos su ubicación geográfica actual de puente con Europa y el Mediterráneo en general, lo lógico es que crezca y que lo haga a costa de otros territorios con unas condiciones menos favorables.

¿Qué es Aragón? Lo más parecido a una colonia interior, el desarrollo de Catalunya irá en detrimento de inversiones en Aragón (tanto públicas como privadas), en una fiscalidad más desigual todavía a nivel estatal y en un lento pero seguro discurrir de capitales y oportunidades hacia nuestra nación vecina.

Las que cuelgan las banderas de España no se dan cuenta de que un porcentaje interesante de sus hijas terminarán buscándose las lentejas en Catalunya (la historia de siempre) y que sus nietas (ya catalanas) viviendo con mayor prosperidad que en la actualidad, todavía tendrán más clara la idea de independizarse de una España que me malicio seguirá siendo de pandereta.