miércoles, octubre 04, 2006

COSAS QUE IMPORTAN


Una de las ventajas de vivir en Inglaterra es que las noticias llegan amortiguadas. Y aunque uno es capaz de oír el ruido de sables a través de Internet, los periódicos y los comentarios de los allegados, no se le da la importancia que sí que tendría si estuviera viviendo en España. De hecho, cuando voy de visita y veo los telediarios y escucho algunos comentarios en las calles y bares, es como si la cosa no fuera conmigo, ese tipo de informaciones resbalan sobre mí.

Ayer me llegó un correo electrónico, con los supuestos informes de la policía sobre las muestras de explosivo recogidas en el 11-M. No sé si es verdad, no sé si los informes se manipularon entonces o se han manipulado ahora, y la verdad es que no me interesa lo más mínimo. Y no porque no tenga amor a la verdad, sino porque este tipo de informaciones y contra informaciones, sólo sirven para que la honrilla de los dos grandes partidos quede mejor o peor. Sólo sirven para que en los mítines de cada uno de ellos digan lo que sus militantes/simpatizantes quieren escuchar. Sólo sirven para que se hagan chascarrillos y mofas en los pasillos del congreso (e incluso en las sesiones del mismo congreso), sirven para generar debate fatuo en ondas, papeles y blogs. Hay cosas más importantes, cuestiones del día a día que parece que ocupan un rincón muy pequeño de la actualidad.

En mi última visita a mi país, allí en el Campo de Bello, escuché a una chica, que me comentó sobre una amiga suya que trabajaba en el departamento de recursos humanos de una multinacional, esa amiga sabía que cada vez que llegaba una petición de baja por maternidad, tenía que hacer un estudio de cuánto costaba despedir a dicha mujer. Si era más caro el despedirla que lo que costaba la baja de maternidad se quedaba, pero si no lo era, el despido era cosa poco menos que cantada. Este tipo de cosas sí que me llegan al alma, y la distancia no sirve de escudo.

Sin embargo nada va a cambiar me temo, puesto que estas líneas, ocuparán un espacio en la inmensidad de Internet y sus blogs, y en los grandes titulares seguirán apareciendo el último exabrupto de Acebes o la última barbaridad de algún/a ministro/a.