lunes, junio 20, 2011

Monegros


Hay algo mágico en Monegros. La luz, el paisaje, los pueblos que se yerguen desafiantes al sol y al clima áspero y estepáreo.

Pero en Monegros hay un factor todavía más determinante, algo que explica el territorio más que ninguna otra cosa, para bien y para mal:

Su gente.

¿Cómo es posible que en un clima tan extremo hayan prosperado gentes y lugares? ¿Cómo entender que sigan viviendo y que no quieran irse a no ser que no les quede otro remedio?

Tozudez, perseverancia, resistencia, ingenio, innovación, fuerza, serían algunas de las cualidades que quizá nos vinieran a la cabeza.

Pero la matriz de todas ellas es un sentimiento todavía más importante. Y esta es la desesperanza, la desolación y la frustración. En algún momento de la vida todos tenemos que lidiar con esas sensaciones, algunas personas se rinden y tiran la toalla, pero las gentes de verdad imprescindibles son las que sienten en su fuero más interno esas dentelladas que a veces da la vida pero que son capaces de hallar una solución a la desesperanza, la desolación y la frustración. Generando realidades distintas a las que existían.

Los que no se atrevieron a enfrentarse a un medio difícil abandonaron los Monegros, los que sufrieron los problemas pero supieron enfrentarse a ellos y solventarlos son los que se quedaron e hicieron prosperar a una tierra dura, una tierra a la que le cuesta hacerse querer, pero a la que las gentes de Monegros aman porque a pesar de las dificultades, es la que siempre termina proveyendo.

Cada vez más gente sabemos ver y apreciar qué son los Monegros, el futuro de esta comarca y de nuestro país pasa por aprovechar y apoyar todas sus potencialidades, las físicas y las humanas.

1 comentario:

Raul Rentero dijo...

no sé cómo anda el tema pero espero que no acabe llevándose a cabo lo de Las Vegas en los Monegros (los habitantes de la zona seguramente piensen lo contrario, y tendrán más razón que yo)
un saludo desde el maestrazgomagico.blogspot.com
RAUL