Hace ya más de cuatro años me dediqué a repasar as errors de l'Aznarismo, ahora, al hilo del excelente artículo de Daniel Ripa, no puedo menos que hablar un poquito de el actual presidente del gobierno español.
Los errores son obvios, tan claros que suponen algo más que una serie de faltas al ideario que sostuvo hasta que los magnates del mundo le llamaron a lugar, lo de Rodríguez Zapatero ha sido una traición, a unas ideas e incluso a sí mismo. Lo cierto es que no empezó bien, cuando desde el principio su gobierno fomentó el espejismo económico basado en la construcción salvaje que se inició con el gobierno del PP, para después negar el colapso de dicho sistema durante casi 2 años.
Sin embargo lo peor llegó cuando desde la Casa Blanca, la UE y el Fondo Monetario Internacional le llamaron la atención, y acto seguido se dispuso a cargarse gran parte del entramado social que él mismo se había dedicado a defender por activa y por pasiva. Algunas dirán ¿qué podía hacer? ¿Convertirse en un paria internacional? ¿Someter a la economía española a los vaivenes y al estrés social que se ha generado en Grecia? Lo cierto es que no lo tenía fácil, los Estados Nación al uso se están diluyendo, el gobierno español apenas controla los parámetros macroeconómicos (en tiempos se solía devaluar la peseta, por ejemplo, cosa que ahora es impensable con el euro) y en los más cercanos su ámbito de actuación es limitado. Pero aunque a nivel práctico estuviera constreñida su capacidad de acción, tenía otras salidas.
A nivel ideológico lo ha explicado perfectamente Daniel Ripa en el artículo que he mencionado antes, a nivel político Rodríguez Zapatero lo ha hecho peor todavía. Las medidas que ha tomado el gobierno están dejando el camino allanado al PP, lo más difícil, lo más impopular y lo más duro lo está haciendo el PSOE, de tal manera que cuando las huestes del PP lleguen al gobierno se encontrarán en una posición en la que, hagan lo que hagan, quedarán como los buenos de la película. El presidente tenía que haber llevado la iniciativa y lo que ha hecho es dejarse arrastrar por el torrente de los acontecimientos y las imposiciones externas.
Lo que tenía que haber hecho, una vez que desde las altas instancias económicas y políticas le plantearon el ultimátum, era presentarse ante el Congreso de los Diputados, exponer la situación tal como se lo habían hecho a él y decir que su gobierno no iba a acceder a ello, puesto que ese no era su programa. Convocar elecciones anticipadas y plantear las medidas que desde Europa y el mundo se les solicitaban, si el PSOE volvía a ganar no estaría traicionando a sus electores como ha hecho ahora, si ganaba el PP sería ese partido el que tendría que hacer las reformas que ahora está haciendo el gobierno de Rodríguez Zapatero.
Esto que planteo es una cuestión política, muy política, que la mayoría de "políticos profesionales" desecharía, bajo el argumentario de que no se podrían perder 3 meses en una situación así, que se desestabilizaría la economía, que no sería un "país serio", etc. Todo excusas, para no decir claramente lo que piensan, que es que a la ciudadanía no se le ha de informar, que la ciudadanía no ha de participar en decisiones importantes, que las personas sólo están allí para votar una vez cada 4 años aunque la situación cambie radicalmente y se traicione el sentido de su voto, que sólo somos pagadores de impuestos al servicio de una casta superior. La política es gestión, sí, es cierto, y se ha de ser sumamente escrupuloso con la Res Pública, pero una política de gestión que se olvida del derecho a opinar de la ciudadanía (le pasó al PP y le pasa ahora al PSOE) no es una democracia real. Esta es otra de las grandes traiciones de Rodríguez Zapatero.
Los errores son obvios, tan claros que suponen algo más que una serie de faltas al ideario que sostuvo hasta que los magnates del mundo le llamaron a lugar, lo de Rodríguez Zapatero ha sido una traición, a unas ideas e incluso a sí mismo. Lo cierto es que no empezó bien, cuando desde el principio su gobierno fomentó el espejismo económico basado en la construcción salvaje que se inició con el gobierno del PP, para después negar el colapso de dicho sistema durante casi 2 años.
Sin embargo lo peor llegó cuando desde la Casa Blanca, la UE y el Fondo Monetario Internacional le llamaron la atención, y acto seguido se dispuso a cargarse gran parte del entramado social que él mismo se había dedicado a defender por activa y por pasiva. Algunas dirán ¿qué podía hacer? ¿Convertirse en un paria internacional? ¿Someter a la economía española a los vaivenes y al estrés social que se ha generado en Grecia? Lo cierto es que no lo tenía fácil, los Estados Nación al uso se están diluyendo, el gobierno español apenas controla los parámetros macroeconómicos (en tiempos se solía devaluar la peseta, por ejemplo, cosa que ahora es impensable con el euro) y en los más cercanos su ámbito de actuación es limitado. Pero aunque a nivel práctico estuviera constreñida su capacidad de acción, tenía otras salidas.
A nivel ideológico lo ha explicado perfectamente Daniel Ripa en el artículo que he mencionado antes, a nivel político Rodríguez Zapatero lo ha hecho peor todavía. Las medidas que ha tomado el gobierno están dejando el camino allanado al PP, lo más difícil, lo más impopular y lo más duro lo está haciendo el PSOE, de tal manera que cuando las huestes del PP lleguen al gobierno se encontrarán en una posición en la que, hagan lo que hagan, quedarán como los buenos de la película. El presidente tenía que haber llevado la iniciativa y lo que ha hecho es dejarse arrastrar por el torrente de los acontecimientos y las imposiciones externas.
Lo que tenía que haber hecho, una vez que desde las altas instancias económicas y políticas le plantearon el ultimátum, era presentarse ante el Congreso de los Diputados, exponer la situación tal como se lo habían hecho a él y decir que su gobierno no iba a acceder a ello, puesto que ese no era su programa. Convocar elecciones anticipadas y plantear las medidas que desde Europa y el mundo se les solicitaban, si el PSOE volvía a ganar no estaría traicionando a sus electores como ha hecho ahora, si ganaba el PP sería ese partido el que tendría que hacer las reformas que ahora está haciendo el gobierno de Rodríguez Zapatero.
Esto que planteo es una cuestión política, muy política, que la mayoría de "políticos profesionales" desecharía, bajo el argumentario de que no se podrían perder 3 meses en una situación así, que se desestabilizaría la economía, que no sería un "país serio", etc. Todo excusas, para no decir claramente lo que piensan, que es que a la ciudadanía no se le ha de informar, que la ciudadanía no ha de participar en decisiones importantes, que las personas sólo están allí para votar una vez cada 4 años aunque la situación cambie radicalmente y se traicione el sentido de su voto, que sólo somos pagadores de impuestos al servicio de una casta superior. La política es gestión, sí, es cierto, y se ha de ser sumamente escrupuloso con la Res Pública, pero una política de gestión que se olvida del derecho a opinar de la ciudadanía (le pasó al PP y le pasa ahora al PSOE) no es una democracia real. Esta es otra de las grandes traiciones de Rodríguez Zapatero.
2 comentarios:
No preocuparse: ZP es un traidor pero en 2012 ahi estará Espacio Plural para reconducir su política. Mientras tanto, la CHA hace lo que puede sosteniendo a los presidentes sociatas en las diputaciones provinciales, ¿no?
¿Qué adjetivo le corresponde al socio del traidor? ¿y al que le gustaría ser socio de un traidor?
No sé como se llamaría, ¿cómplice necesario quizá? de todas formas picarralero, que yo critique al PSOE es tan inherente como que tú critiques a CHA.
Está bien que cada cual cumpla su función.
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