martes, julio 31, 2012

Protestas

Después de mucho pensar he llegado a la conclusión de que el funcionario que protesta y monta cipostios porque le bajan el sueldo un 7% y le quitan moscosos no es mi compañero de lucha si se queja únicamente por eso.

Me explico, no me gustan los funcionarios que les da igual la función pública mientras tengan un sueldo y un puesto asegurado (¿cuántos funcionarios del PP o "apolíticos" conocemos a los que se la repampinfla que se desmonten los servicios públicos?), no me gustan los funcionarios que no se quejan de que se recorte a los de siempre y se respete a los de arriba mientras tengan SUS "derechos", no me gustan los funcionarios que por haber sacado una plaza (difícil y currada, no lo negaré nunca) menosprecian a la clase trabajadora sometida a unas condiciones laborales más que penosas, diciendo: "ellos se lo han buscado".

Me gustaría una clase funcionarial consciente no ya de que le han de rebajar un 7% del sueldo, sino que probablemente haya que bajarlo un 20%, pero que sepan y luchen para que el esfuerzo solicitado lo tenga que asumir toda la población, no los pringados de siempre, no me vale la filosofía del "ande yo caliente y ríase la gente".

Si estamos ante un cambio sistémico hemos de salir de la espiral suicida de la política del "crecimiento" capitalista. Por supuesto que los que más tendrán que bajar sus espectativas serán los que más tienen de verdad en esta sociedad, grandes empresarios, banqueros... Pero para que eso se produzca y se tenga la fuerza necesaria se ha de estar mentalizado de que el futuro no pasa por lo que se ha estado haciendo hasta ahora, ni pasa por enrocarse en una posición en el fondo clasista en la que uno quiere mantener su estatus, porque en la situación actual o se actúa conjuntamente o si cada persona va a defender su cachito de privilegio iremos hacia una sociedad de castas, que no nos engañemos, es lo que la derecha liberal siempre ha querido.

Los sindicatos están saliendo a la calle a criticar los recortes y me parece bien, puesto que son unos recortes que buscan la salida fácil, castigando a los de siempre. Pero eso no aporta ninguna solución que llegue al fondo del problema actual. Me gustaría que los sindicatos salieran diciendo: "Nos comprometemos a bajar nuestros sueldos de aquí a 20 años un 20 por ciento si los distintos gobiernos se comprometen a un cambio de relaciones profundas en el sistema que hagan una sociedad más equitativa y justa". Y plantear un programa de medidas que permitiese un cambio profundo, lo cual sería un auténtico órdago.

Pero me temo que nada de esto pasará, cada cual se dedicará a defender su cachito de conquista desentendiéndose de la persona que tenga a su lado. Al igual que con la ecología me temo que la única forma de conseguir cambios reales sería empujando al sistema hacia el acantilado, eso precipitaría (nunca mejor dicho) la situación y obligaría a un cambio de sistema, hasta entonces cada perro seguirá lamiendo su cipote.

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