Las leyes están para, en la medida de lo posible, armonizar la existencia entre los seres humanos, distribuyendo responsabilidades y obligaciones. Para evitar (o intentar evitar) injusticias y que las personas se tomen la justicia por su mano.
Cuando no existe un marco legal que cumpla estas funciones solo hay dos salidas, una la autoritaria, en la cual un poder coercitivo (normalmente el aparato estatal) protege a los que se benefician de un sistema legal y judicial injusto, como las que se benefician son minoría se sojuzga y reprime a una mayoría. Si el Estado no es capaz ejercer ese autoritarismo se genera el caos y la agrupación gremial, de clase, tribal, etc.
Vamos camino de un Estado autoritario, las leyes protegen a los fuertes y castigan a los débiles, solo los ricos podrán tener un acceso libre a la justicia, las leyes laborales quitan derechos a las trabajadoras, la sanidad y educación de calidad solo serán posibles para los pudientes.
Y entonces viene la pregunta clave. ¿Qué es la violencia? Violencia es lo que se está articulando contra una buena parte de la sociedad, la cual de momento está aguantando el chaparrón, pero llegará el tiempo en el que la gente explote y ese estallido de rabia, esa respuesta violenta a la violencia cotidiana a la que nos someten será aprovechada por las élites para solicitar más represión.
Termino, para el que quiera leer. Despedida después de hacer huelga. Cuando una empresa actúa así está ejerciendo un acto violento, amparado por la ley, pero es pura violencia. Si alguien reaccionara al día siguiente quemando una de sus furgonetas sería también violencia (en este caso no amparada por la ley). La violencia no es nunca una solución, es un síntoma de que las cosas no se están haciendo bien.
¿Hasta cuándo aguantará la sociedad? Por desgracia me malicio que lo vamos a comprobar más pronto que tarde.
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