jueves, agosto 25, 2011

Reforma constitucional, qué pereza.

La reforma de la Constitución parece que va traer algo de debate, no mucho, al final estoy seguro de que el PPSOE se apañará para hacerlo rápido e indoloro. La Constitución española es una de las más blindadas, hasta el punto que en temas tan aparentemente triviales como que una mujer pueda heredar el trono no se ha aprobado todavía, a pesar de que se propuso hace mucho tiempo, antes de que naciera la primogénita del príncipe Felipe.

Lo que ahora se propone, consideraciones económicas aparte, es una chorrada desde el punto de vista político, nada cambiará mucho, de hecho ya hay una ley que se encarga de contener el gasto presupuestario.

Lo que esta propuesta de reforma muestra es que cada vez hay más gente que ni votó la Constitución de 1978 ni se siente identificada, y que de las personas que la votaron, muchas desearían cambiar corsés que aceptaron dadas las circunstancias que se dieron en ese tiempo.

Jefferson decía que cada generación debía tener su Constitución y es cierto que a pesar de los pesares, el sistema estadounidense es uno de los más flexibles a la hora de modificar su carta magna.

Así que yo soy partidario de dejar la Constitución como está, con los arreglos de chapa y pintura que el PPSOE desee, cuanto más se deje macerar, más se anquilosará y más pronto la gente se dará cuenta de que tenemos una carta magna hecha a medida del que tenga el poder y no del Pueblo, que es como debería ser.

2 comentarios:

berchic dijo...

La partitocracia crea, modifica y destruye a su antojo. Los partidos "minoritarios" piden una consulta popular vinculante, ilusionismo para captar votos.

Sirviendo a los mercados miramos hipnotizados una batuta todopoderosa esgrimida por Nicolas y Angela. ¿Nadie la va a romper?

Y nosotros, pringados, a merced del capital, otra vez con la sensación de que se nos mean en la cara.

A mi también me da pereza.

Florencio dijo...

Y yo que creo que al sistema y los "mercados" tal como los conocemos ahora les quedan 2 telediarios...

Y eso no quiere decir que piense que lo que está por venir vaya a ser mejor, en fin, tiempo al tiempo que dice mi padre.