domingo, diciembre 14, 2014

Demordaza



Todas sabemos que la democracia (la peor forma de gobierno una vez descartada el resto) permite gobernar durante 4 años de tirón. Es legal hacer la ley que ha aprobado el PP.

Lo que es, es indecente. Indecente por la falta de decencia política del PP (otra vez más) porque aunque tenga toda la legitimidad de la ley para aprobarla sabe que le falta toda la legitimidad de la calle, saben que a día de hoy no volverían a tener la mayoría absoluta que les permitiría aprobar esta ley ni de coña, ni esperan recuperarla en el año escaso que quedan para las próximas elecciones.

Está aprobando leyes con el peso de una elecciones de hace 3 años que no se corresponde con el sentir general actual (estamos a años luz). Eso es indecencia, eso es falta de ética, eso es utilizar la democracia de forma muy interesada, es intentar machacar al que ya está más que jodido para que éste con sus gritos no despierte de la siesta al que en este mismo periodo se ha enriquecido más todavía a costa de la mayoría de la población.

¿Hasta cuándo?

domingo, noviembre 02, 2014

¿Fin del turnismo?

Mariano Rajoy: "Eso se debe sin duda alguna a muchas razones que debemos estudiar y reaccionar frente a ellas. Probablemente en el caso europeo, un factor muy importante fueron las graves crisis que hemos vivido. Esas cosas generan malestar, a esas cosas se pueden sumar otras. Concretamente en el caso de España, el conjunto de noticias conocidas en las últimas fechas".

Más que a la crisis económica yo lo atribuiría más bien a la GESTIÓN  de la crisis. Anteponiendo (PPSOE) los intereses del gran capital a la ciudadanía.

Después cuando la ciudadanía (puteada, masacrada a impuestos y recortados los servicios sociales básicos) descubre el pasteleo de la corrupción de las grandes fortunas con los grandes partidos, la mierda de los sindicatos, de la patronal e incluso de partidos más pequeños (IU por ejemplo) pues quizá piense que haya que echar a toda esta "tropa" y quizá Podemos pueda ser populista (nunca criticaré el populismo, es un arma que utilizan todos los partidos, criticaré según qué usos) pero son  algo nuevo, con políticos que no llevan apoltronados en sus sillones desde la sacrosanta transición.

Pero bueno, solo soy un pobrecito hablador, no dispongo de toda la información que seguro tiene nuestro presidente del gobierno, así que no me hagan mucho caso.


RAJOY HABLA ¿CLARO? SOBRE EL MOTIVO DEL AUGE DE PODEMOS

viernes, octubre 31, 2014

Política, Ilusión, Podemos



Cuando Chunta Aragonesista todavía generaba algún resquemor o temor en la élite dirigente aragonesa, era común que se tacharan sus ideas de “radicales”, recuerdo como el mejor Chesús Bernal respondía que sí, que éramos radicales porque queríamos ir a las raíces de los problemas. Luego vino el adocenamiento y el amoldado a un sistema que, oiga, tiene asientos cómodos, buena calefacción y buena comida.

Me divierte ver cómo desde las élites españolas se llama radicales a las ideas que se presentan desde Podemos. Me divierte ver cómo repentinamente a golpe de encuesta de CIS cambian de rumbo como si no hubiera mañana. Lo que es más importante, me vuelve a emocionar la política casi como en los viejos tiempos. Porque el miedo o el resquemor de las élites significa la posibilidad (que parecía extinguida) de que desde la política todavía se pueden cambiar cosas, pequeñas, lo sé, viviendo en un mundo globalizado y en una UE capitaneada por Alemania. Pero por pequeñas que sean asustan o molestan.

Imaginemos un Estado que deja de favorecer el capitalismo de amigotes que ha imperado en el Estado español desde la restauración borbónica, algo que incluso sería apoyado/alentado por Europa. Imaginemos un Estado que se preocupa realmente por el GRAN fraude fiscal. Imaginemos un Estado que actúa y ejerce la transparencia informativa. Imaginemos una tanda de leyes (acompañadas de aportaciones presupuestarias) que persiga de verdad la corrupción política, empresarial y sindical. Imaginemos que se establecen medidas para que no se venda y privatice la sanidad o la educación.
Todas estas propuestas son perfectamente asumibles por un gobierno sin que ningún país o institución de la UE le diga que eso está mal. No son medidas revolucionarias, de hecho algunas son costumbre en países de nuestro entorno. ¿Por qué estos “pequeños” cambios producen tanto miedo en la casta y en la caspa?

No sé qué pasará, ojalá a Podemos no le ocurra lo que le pasó a CHA u otros proyectos ilusionantes. Solo deseo que mi emoción no se disipe, o que al menos no lo haga en el corto plazo. La política es un conjunto muy complejo donde se necesitan infinidad de factores para que las cosas salgan adelante, pero si algo tengo claro es que para que algo funcione hace falta ilusión y esperanza en el cambio. Y eso, guste más o menos a partidos y organizaciones de izquierda que llevan mucho tiempo bregando en el barro, lo ha conseguido Podemos. A las personas de la izquierda que les raye el proyecto de Pablo Iglesias solo les recomiendo que escuchen la opinión de Jiménez Losantos sobre Podemos o al más “moderado” Carlos Herrera. Porque no estarán escuchando a unos periodistas, estarán escuchando las opiniones de los caciques de toda la vida, los que antes repartían limosnas en sus fincas al mejor estilo de Los santos inocentes de Delibes, que son los que ahora se reparten los puestos del IBEX 35.

viernes, mayo 16, 2014

El PP de Toledo planta a padres de niños con cáncer


Dicen desde el PP que el alcalde (del PSOE) había animado los padres a increpar a los concejales, no sé, no es lo que he visto, he visto respeto y en todo caso un padre llorando lo único que les dice es que si dicen que les entienden por qué se van...

Pongámonos en la versión del PP y que el alcalde ciertamente hubiera animado a increpar a los ediles peperos... ¿Sigue estando justificado el abandono?

Imaginemos que en vez de padres de niños enfermos hubiesen sido familiares de víctimas de terrorismo, imaginemos que un alcalde del PP les hubiera animado a increpar a concejales de la opsición, imaginemos que el PSOE, Podemos, Equo o IU se hubiese levantado y se hubiesen ido...

Pues ahí tendríamos al ministro del interior presto a legislar contra eso...

En otros países creen que tienen mala suerte por tener una clase política aburrida... No saben la tortura que es tener día sí y día también a imbéciles de todo tipo realizando shows tan penosos como encabronadores...

Pero eso sí, no lo olviden, la culpa de todo la tiene twitter!

P.S.
Triste del país cuyo gobierno se preocupa más de lo que dice los tuiteros antes que de la gente que recoge comida de los contenedores o de padres con niños con cáncer.

domingo, mayo 11, 2014

Bipartidismo de ahora y de hace 100 años

Lean esta noticia:

Mensaje de los grandes empresarios a Rubalcaba: Tienes que ser candidato a las primarias del PSOE


En 1897 murió asesinado el entonces presidente del consejo de ministros Antonio Cánovas del Castillo, tenía 69 años. La cosa estaba complicada en Cuba, así que se quiso pisar sobre seguro y se puso al otro pivote de la Restauración bipartidista, a Práxedes Mateo Sagasta, que contaba la respetable edad de 72 años.

El sistema estaba condenado, la corrupción, el clientelismo y el caciquismo en la misma médula del país y la independencia de Cuba era solo cuestión de tiempo.

Que se presente el señor Alfredo Pérez Rubalcaba, que aunque el miedo guarde la viña, no la salvaguarda de su ruina...

La historia no se repite, pero rima...

martes, abril 22, 2014

La religión y yo

Hace ya tiempo cometí una torpeza a la hora de hacer un comentario en un artículo de Tierra de Barrenaus sobre religión. Fue un comentario torpe porque fue breve y ciertamente parecía destinado a tocar las narices en lugar de intentar aportar algo. La contestación que obtuve digamos que estuvo a la altura de lo que escribí.

De todas formas me sirvió para reflexionar y pensar sobre mis propias creencias y las ajenas. Partamos de la base de que soy deísta. Creo que existe algo más allá de la muerte, sé que no tiene ningún sustento científico pero eso no me impide que sienta y viva algo especial. Sé que lo que siento no deja de ser una respuesta programada por una genética y una cultura determinadas, pero es algo que hace que la vida (inane de por sí, originada por la pura casualidad) tenga un sentido y una belleza especiales. Creo que nuestras consciencias, puras reacciones químico-eléctricas, tienen una continuidad, pienso que esa energía eléctrica (registrada en los electroencefalogramas) se transforma en algo diferente cuando morimos. No creo en la imagen del alma con alitas y aura, considero que pase lo que pase con nuestra consciencia muy difícilmente se podría describir con palabras. Tengo la creencia que todas esas almas se juntan en algo comunitario. Eso es lo que yo denominaría Dios. Un Dios que no interfiere con los humanos, que de ninguna de las maneras creó el mundo o el universo, antes al contrario es un Dios “a imagen y semejanza” del ser humano, pero precisamente porque ha sido creado por la consciencia existencial de los miles de millones de humanos que nos han precedido. Nuestras consciencias pasarán a estar en conexión con el universo, comprendiéndolo y formando parte de su inmensidad. Iluminación.

Sé que todo esto es indemostrable. Pero sé que este tipo de pensamiento mágico es una de las cosas que nos hace humanos. No todos los seres humanos han de experimentar mi placidez cuando me siento en conexión con la naturaleza o en paz con el universo. No existe una sola manera de ser persona, pero el pensamiento mágico-religioso es una faceta más y no podemos negar que nos ha conformado como especie y al menos de momento, no pienso renunciar a ella.

¿Existe Dios? Me importa tres carajos, hablamos de lo que siento y me ayuda a ser feliz y me ayuda a estar en paz ¿por qué habría que renunciar al mismo? Las ideas las he expuesto para mostrarme, todo lo ridículo que algunos quieran ver, pero feliz y lo que es más importante, sin molestar a nadie y sin querer convencer al contrario de mis ideas particulares. Y por supuesto sin negar ni cuestionar los avances y descubrimientos científicos, de hecho soy un apasionado de la ciencia y leo cuanto puedo.

¿Existe el amor? Es decir, existe en algún lugar del universo algo que podamos decir: esto es el amor, lo podemos medir, lo podemos estudiar en una situación neutra, podemos repetir los resultados, podemos ver su “poder”… No, el amor no existe, y sin embargo muchas somos capaces de sentir algo que llamamos amor, algo que nos mueve, por el que hacemos cosas ilógicas (podríamos traer los problemas que tenía la mente vulcaniana de Spock para entender el amor).

El amor existe como una serie de respuestas genéticas, sociales e históricas que comúnmente aceptamos y que, todo sea dicho de paso, bien llevado nos ayuda a llegar a la paz y la felicidad, al menos en mi caso. El amor por una pareja, por unos padres, por una mascota, al amor platónico hacia algún amigo, la pura amistad…

Y sin embargo se podría luchar fervientemente contra la idea del amor. En nombre del amor se han hecho y se hacen auténticas barbaridades. Hoy en día en el Estado español mueren muchas mujeres por un malentendido amor. Me arriesgaría a apostar a que hay más víctimas (habría que añadir suicidios por desengaños o enfermizas relaciones de amor-odio en las familias que terminan trágicamente, o simplemente de qué se llenan las consultas de psicólogos de personas traumatizadas por distintos amores) por el amor que por los ultracatólicos o los ultramusulmanes…

Y no veo la beligerancia que sí que existe contra la religión. Ojo, que no me parece mal la beligerancia contra los imbéciles cristianos, deístas, musulmanes o new age que pueblan el mundo. Pero no me deja de parecer en muchas ocasiones un exceso comparado con otras invenciones y convencionalismos genético-social-históricos como pueda ser el “amor”.

Quizá sea porque la fe, como el amor, solo la entiende quien la ha sentido. Y la mayoría somos capaces de sentir amor (en sus infinitas variantes) pero quizá no haya tanta gente que sienta la fe. Si hubiera un 30% de la población que nunca hubiera sentido lo que llamamos amor, la beligerancia contra el mismo sería mucho más alta. La conclusión es que la patología del amor está mucho más extendida que la fe y que los publicistas del amor son mucho más eficientes que los apologetas de la fe.

En el mundo hay muchos creyentes y muchos ateos y la mayoría de ambos grupos van a su bola. Unos creen que los otros son unos chalados adoradores de sombras y los otros consideran que es una pena que los ateos lleven una vida tan “vacía”.

Y luego están los integristas (en este caso prácticamente todas en el bando de la religión) y los predicadores, que en este caso se reparten a partes iguales y que en mi opinión se retroalimentan y que solo convencen a los que ya están convencidos o a los que se quieren dejar convencer.

Los argumentos científicos dicen que lo más probable es que no exista Dios y que la peña deje de preocuparse por el más allá y se preocupen por el más acá. Los “argumentos” de las religiones establecidas suelen ser en muchas ocasiones de risa… En otras ocasiones los argumentos tienen algo más de peso y enjundia.

Yo aquí recurriría de nuevo a Los Simpsons y establecería una ley de alejamiento entre ciencia y religión, que cada cual se preocupe de lo suyo y que se dejen de dar la brasa. A los predicadores religiosos les diría que se dedicaran a solventar problemas más serios que el intentar convencer a quien no le interesa si existe algo más allá y a los predicadores del ateísmo les diría que aunque tengan razón en sus planteamientos iniciales que no se vayan a creer ahora los nuevos mesías, porque excesivo proselitismo en sus ideas se podría confundir con la fe de los predicadores del otro lado y es que a veces los extremos de la herradura terminan estando más cerca el uno del otro de lo que se piensan.

lunes, abril 21, 2014

Imbuidos en el espíritu del Cid


Un militante de CHA me hacía notar y comentaba que tenía que hablar con los dirigentes de su partido, ya que, a su parecer, éstos no hacían sino sacar a Labordeta cada dos por tres viniera o no a cuento. Principalmente a través de las redes sociales, que si una canción por aquí, que si una foto con una cita por allá, o el millones de veces repetido “a la mierda”.
Y sí, es curioso, porque hasta que me lo hizo notar no había caído en ese uso y en muchas ocasiones abuso de la figura de José Antonio Labordeta. Es cierto que no solo se trata de utilizar la figura desde CHA, también es cierto que se utiliza de forma más maniquea desde otros sectores políticos, pero esa casi permanente llamada al espíritu de José Antonio Labordeta (los que presumen de haberlo conocido más o menos profundamente utilizan en plan de compadreo póstumo el acrónimo JAL) lo único que denota es la falta de recursos.
Dice la leyenda que los cristianos mantuvieron la ciudad de Valencia tras una batalla en la que montaron a un Cid ya muerto en un caballo para mostrar a los musulmanes que el invicto caudillo y mercenario castellano todavía estaba allí para defender la bella ciudad a orillas del Mediterráneo.
Da la impresión de que en CHA están intentando hacer lo mismo y que los dirigentes, a falta de nada mejor apelan al espíritu de Labordeta para seguir en sus cada vez más menguados territorios. Hay un hecho curioso y que por desgracia considero relevante. En la última Asambleya Nazional de Chunta Aragonesista la persona que recibió más votos para estar en el Comité Nazional (el órgano más importante entre asambleas) fue Ángela Labordeta, hija del difunto José Antonio. Yo llevaba en esa Asambleya más de 16 años militando en el partido, desde luego conocía a Ángela, comenzó a trabajar para el partido como periodista cuando todavía su padre estaba de diputado en Madrid, coincidí con ella en algunos actos de partido,  me pareció una persona agradable y capacitada para su labor, pero vamos, tampoco puedo decir mucho más puesto que su labor no estaba enfocada cara a la militancia sino más bien cara a trabajo interno de partido y de grupos políticos.
Bien, de todas las personas que votaron a Ángela dudo mucho que el 80 o el 90% de las mismas la conociera más de lo que yo pudiera haberlo hecho en todos mis años de militancia. ¿Por qué un partido que se dice republicano y que niega la legitimidad hereditaria de un monarca acepta tan magníficamente la “legitimidad” heredada de Ángela? Partiendo de la base de la falta de rigor de una militancia que vota “porque con ese apellido debe ser una buena opción” hay que añadir el que los dirigentes están imbuidos por el espíritu de José Antonio Labordeta, de la misma manera en la que los defensores de Valencia estaban imbuidos del espíritu de Rodrigo Díaz de Vivar.
Simplemente recordar que Valencia aguantó, pero por poco tiempo, los espíritus están bien para animar la situación en un momento determinado, pero no suelen servir como estrategia a medio y largo plazo.

domingo, marzo 23, 2014

España Estado fallido

España no está bien en la actualidad, pero es que a lo tonto modorro llevamos así 200 años, al que le le guste la historia aquí va un repaso de las últimas dos centurias.


España siempre ha buscado su identidad y nuca la ha encontrado. Los Estados-nación europeos surgieron de reinos existentes, de territorios que se independizaron (normalmente de un imperio) o de la unificación de territorios independientes pero con unos lazos comunes.

Francia sería el ejemplo de Estado surgido de un reino “de toda la vida”, se supo reinventar en República tras el convulso imperio napoleónico e intentos de reinstaurar la monarquía. Grecia, que se independizó del Imperio Otomano buscó en su lengua, en su religión y en su pasado un espejo donde intentar construir un futuro, Alemania e Italia pasaron de la fragmentación a la unidad, buscando de nuevo un ideal en el pasado.
España entró en el siglo XIX de la mano de uno de los peores monarcas de la historia, aunque tampoco podemos olvidar que tuvo el apoyo de parte de la población y de una parte importante de las élites. Cierto que las élites más avanzadas fueron marginadas, perseguidas o se exiliaron por “afrancesados”.

SIGLO XIX

España podía haberse construido un futuro en base al pasado reciente, donde una buena parte de la población se sintió unida frente al enemigo común (los franceses), pero el nuevo monarca, en vez de intentar construir un reino nuevo, con el apoyo popular que tenía, utilizando el populismo de haber vencido al mayor ejército de la época y utilizar las partes positivas que suponían las ideas liberales de la Revolución Francesa, se enrocó, y tras haber estado fuera, tras saber que el pueblo se había desangrado en una brutal guerra, Fernando VII inició una nueva guerra interior, a la caza del disidente. Se logró imponer la Constitución de 1812 durante el trienio liberal (1820-1823), pero las potencias europeas apoyaron la reinstauración de un sistema absolutista, eso sí, le prohibieron que reinstaurase la Inquisición, porque las potencias europeas eran absolutistas, tradicionalistas y religiosas, pero es que ya en España se apuntaban maneras de ultramontanismo.

A la muerte de Fernando VII se podía haber iniciado un nuevo proceso constituyente, pero no, España quedó dividida en (mínimo) dos facciones, los liberales, bajo el cobijo de una reina no mucho mejor que su padre (Isabel II) y los carlistas. De estos episodios habría mucho que hablar, puesto que las explicaciones o los orígenes y causas del carlismo merecen un estudio aparte, pero la conclusión fue que no hubo una idea básica y general de qué es lo que debía ser España. La última guerra carlista (aunque ya mucho menos fuerte que las dos anteriores terminó en 1876).

Isabel II tuvo que salir por patas tras la revolución de 1868, a partir de ahí se iniciaron una serie de experimentos que no terminaron de cuajar, la monarquía constitucional de Amadeo I de Saboya no pudo ser. Las “élites” del país que dirigían el proceso marearon y putearon al nuevo monarca hasta que finalmente abdicó, la sociedad española tuvo momentos de cierta efervescencia, después de muchos años de represión se encontraba ante una situación nueva, nadie sabía exactamente por dónde ir, no hubo un liderazgo político sino múltiples liderazgos, fragmentación y el peso ideológico de la iglesia continuaba siendo brutal. La Primera República Española fue breve, con distintos episodios, como el mal explicado cantonalismo, que se ha vendido tradicionalmente como un proceso separatista centrífugo, cuando en realidad fue otro intento fallido de crear una nueva España federal desde la base, los cantonalistas, aunque se piense lo contrario, eran profundamente españoles.

Se llega a la restauración, más vale malo conocido que bueno por conocer, debió ser la opinión general, así que de nuevo los Borbones regresaron al trono de España. Algo aprendieron de sus errores, el carlismo excepto en las provincias vascongadas había desaparecido, en el País Vasco mutó desde un vizcaísmo inicial hasta un nacionalismo vasco en toda regla. En Navarra evolucionó hacia un navarrismo tradicionalista y españolista (siempre que no les tocaran los fueros). En Cataluña también se comienza a ver más allá de España, pero todavía a nivel muy tímido. La Renaixença catalana, centrada a nivel cultural y al principio casi folclórico fue evolucionando hasta dar apoyo a determinadas ideas políticas, pero eso ya lo veremos.

Alfonso XII llega en el momento justo, más inteligente que su madre y mejor aconsejado, alrededor de él se monta todo el tinglado que se vino a llamar “Restauración”, la monarquía constitucional era una fachada, hubo sufragio censitario hasta 1890, a partir de entonces se aprobó el sufragio universal masculino, pero las cosas no cambiaban mucho, las elecciones estaba amañadas, se produjo un turnismo que podía dar sensación de avance y cambio, pero que era en el fondo una pantomima. Aunque lo cierto es que el sistema fue funcionando y se produjeron distintos avances. En economía la industrialización, aunque tímidamente, fue avanzando, se iba produciendo un trasvase poblacional del campo a las ciudades y el excedente demográfico (que era abundante) iba encontrando su camino fuera del país, principalmente a Latinoamérica.
Alfonso XII tuvo la suerte de reinar pocos años, solamente 10, de 1875 a 1885, digo que tuvo la suerte porque le tocó bailar con la más guapa, una sociedad en calma (comparada con lo que había sido en el pasado) desarrollo económico moderado pero aceptable, estabilidad institucional y una maquinaria propagandística a su total servicio. A su muerte llegó la regencia de María Cristina (1885-1902) y allí llegó un golpe muy serio que hizo que la gente se diera cuenta de la realidad. A la regente le tocó sin comerlo ni beberlo una guerra con EE.UU. Y de esa guerra, de ese desastre, buena parte de la sociedad empezó a pedir cambios. Llegamos al regeneracionismo. Sí, el sistema canovista de la Restauración había fracasado, no había sabido renovarse, los vicios que tenía desde el principio habían aumentado, mientras que las virtudes, nacidas para solventar los problemas de una España muy distinta, habían menguado o desaparecido.

El desarrollo económico se vio afectado por la pérdida colonial, la industria española no podía absorber la cantidad de gente que se veía desplazada de los pueblos, la emigración no bastaba, la educación era más que deficiente, en 1900 casi el 60% de la población española era analfabeta (un 69,3% de las mujeres y un 77,2% de los hombres) estas diferencias a nivel provincial eran todavía más brutales. Decir simplemente que en Prusia 50 años antes (1850) el analfabetismo era de menos de un 30% de la población. Aunque esto variaba y hubo países desarrollados que hasta 1870-80 no introdujeron la enseñanza primaria gratuita y universal (como Francia o Gran Bretaña) las diferencias entre las tasas de analfabetismo seguían siendo abismales, la expresión ‘África comienza en los Pirineos’ surgió a finales del siglo XVIII o principios del XIX. Lo que en principio no era sino una exageración burlesca, fue ganando verosimilitud, a pesar de los “avances” la brecha entre España y la Europa del Norte a nivel cultural y económico fue enorme. En España, si pensamos en la generalización de la enseñanza primaria entramos en la segunda mitad del siglo XX.

El sistema de la Restauración continuó, renqueante, haciendo cada vez más aguas, los pucherazos y las manipulaciones de las elecciones  no dejaban de ser la tapa de una olla a presión que bullía sin saber cuándo podía estallar. Con el inicio del reinado de Alfonso XIII (1902) se intentó la reforma del sistema “desde arriba”. Fue un fracaso, se intentaban mantener los privilegios de una parte de la sociedad y a cambio intentar implementar medidas reformistas, era un equilibrio imposible, al Pueblo las reformas le sabían a poco (o nada) a los privilegiados les asustaba que una masa enfurecida arrasase con lo existente y cortara cabezas al estilo de la Revolución Francesa (todavía muy presente porque no había ocurrido la revolución bolchevique).

SIGLO XX

España, en aras de buscar su ser más auténtico y con ganas de entrar de nuevo en el club europeo se lanzó a intentar controlar sus dominios coloniales, Guinea Ecuatorial y el Sahara Occidental no le dieron mayores problemas, pero Marruecos era otro cantar. Los habitantes de ese territorio eran orgullosos y combativos, no se consideraban para nada inferiores a los españoles que decían que eran sus colonizadores y desde el principio España (e incluso Francia) tuvo serios problemas con ese territorio.

En esa España ya de pandereta existía el servicio militar obligatorio, algo que se inició en época napoleónica y que en cierta medida ayudaba a ganar derechos ciudadanos. Es un proceso muy antiguo, les pasó a los plebeyos romanos, que luchaban en el ejército y después de dar su vida y sus haciendas por Roma, no tenían derechos políticos, así que iniciaron una serie de luchas en donde, al final, terminaron adquiriendo los derechos ciudadanos plenos. En la Europa del siglo XIX donde los Estados-nación se estaban construyendo surgió un Estado en cierta medida protector, sobre todo de aquellos que habían luchado por él, Bismarck estableció un sistema de pensiones para los mayores de 65 años (65 años era la esperanza media de vida en aquella época para un hombre).

Bien, en España no funcionaba exactamente así, mediante la modalidad de “redención a metálico y sustitución” los mozos que pagasen de 2.000 a 1.500 pesetas podían librarse de la mili. Es decir, que había un sistema para que los ricos se escaqueasen de la guerra. Esto funcionó hasta 1912, a partir de entonces, la gente adinerada que no quería ir a la guerra ya tenía que tirar de contactos, enchufismo y algún pequeño soborno para librar a sus hijos de destinos peligrosos.

Las elecciones como se ha dicho eran una pantomima, el partido conservador y el partido liberal se turnaban el poder, previo a las elecciones se ponían de acuerdo en el número de escaños que habían de sacar y el rey hacía de árbitro, el resto de partidos quedaban marginados, teniendo representaciones exiguas sacadas en las zonas urbanas del país, donde el caciquismo y el pucherazo eran difíciles de hacer funcionar. Esto cambió en Cataluña tras la ley de jurisdicciones de 1906, y en las elecciones de 1907 una amalgama de partidos (regionalistas, republicanos federalistas, carlistas, republicanos nacionalistas) logró 41 de los 44 diputados en Cataluña.

En 1909 acaeció la Semana Trágica en Barcelona, donde los obreros se sublevaron contra una orden del gobierno de movilizar a los reservistas (muchos de ellos padres de familia) para luchar en Marruecos contra los cabileños, que habían atacado una instalación minera de capital francés pero titularidad española, en manos del Conde de Romanones. La gente se cabreó mucho, los ricos se escaqueaban, los pobres después de haber hecho una mili de 4 años, los movilizaban de nuevo con un incierto futuro, sabiendo que si morían sus familias quedarían absolutamente desamparadas y encima para proteger los intereses financieros de una de las personas más ricas del país. “Ser un Romanones” se utilizaba en la época para hablar de alguien de inmensa fortuna.

Las clases pudientes, a salvo de morir despellejadas por un marroquí harto de los españolitos, apoyaban con fervor patriótico toda guerra contra los moros, la Iglesia en lugar de apoyar a la clase obrera desamparada apoyaba la idea de una nueva cruzada por el catolicismo en tierras ‘bárbaras’, no es de extrañar que algunos de los soldados embarcados en el puerto de Barcelona tiraran al mar los escapularios y medallitas que las pías aristócratas barcelonesas les habían dado generosamente, al tiempo que gritaban “Abajo la guerra” y “Qué vayan los ricos”.

Por no extendernos más, esto llevó a una huelga que degeneró en conflictos y revueltas callejeras en Barcelona, donde el componente anticlerical surgió y se produjo la quema y saqueo de iglesias y conventos.
10.000 soldados ocuparon la ciudad y pusieron fin a las revueltas. La represión fue dura, se detuvo a varios millares de personas, de las que 2000 fueron procesadas, resultando 175 penas de destierro, 59 cadenas perpetuas y 5 condenas a muerte. Además se clausuraron los sindicatos y se ordenó el cierre de las escuelas laicas.

En lugar de ir al origen de los disturbios, las desigualdades y la injusticia, se asumió que lo que estaba bien era la política del gobierno y que lo que había que hacer era castigar a los disidentes.
Me he entretenido en este episodio porque es el modelo arquetípico de cómo funcionó durante el siglo XX el poder en España, represión y violencia contra el diferente, sin piedad y sobre todo sin ir a la base de los problemas.

Hubo una pequeña tregua económica, la neutralidad española durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) hizo que las potencias beligerantes compraran de todo a España a casi cualquier precio. Se enriquecieron los de siempre (y mucho) los precios de los alimentos y otros elementos básicos subieron enormemente, pero al menos había trabajo y llegaba dinero. Cuando la guerra acabó los países europeos dejaron de comprar a España, los precios se mantuvieron, los que especularon se pudieron retirar con una buena ganancia pero el conjunto de la sociedad (obreros y campesinos) terminaron empobrecidos.

Después del fracaso del sistema canovista, el ejército, la burguesía y por supuesto Alfonso XIII, encontraron la solución en una dictadura (1923). Primo de Rivera, “mi pequeño Mussolini” llegó a decir de él el monarca. La intención era “poner en orden el país”, pero no se consiguió, tras distintas etapas el sistema político-monárquico español, altamente desprestigiado, se derrumbó en 1931, llegando la II República española.

Mucho se ha hablado (y más que se hará) sobre la república. Lo que no cabe duda es que fue otro Estado fallido, incapaz de integrar al conjunto de los españoles en una empresa común, de nuevo el sectarismo imperó y se tendió a aplicar la filosofía de “el juego es mío y las reglas son las que yo diga”.

Simplemente, a pesar de los pesares, es necesario romper una lanza a favor de la República. Su excepcionalidad no fue la violencia política, en otros países europeos también pasó. Sí que fue un intento de una nueva forma de España, pero no fue posible, de nuevo otro fallo histórico. Tuvo múltiples dificultades, hubo un golpe de Estado fallido del general Sanjurjo en agosto de 1932, una revolución cuyo foco principal estuvo en Asturies con intención de tomar el poder en octubre de 1934 y ya por fin un nuevo golpe de Estado fallido que terminó en guerra civil.

Hay que hacer notar que el clima de violencia política era grande, se calcula que en los 5 años aproximados de existencia de la república hubo unas 2.500 muertes por causas políticas. De ese total unas 2.000 son de la revolución de Asturies y de esas 2.000 más de 1.500 fueron de los mineros muertos en los combates y posterior represión. La violencia política era algo común en Europa, pero es cierto que en España era mayor, solo equiparable a los primeros años de la República de Weimar alemana, pero señalar esa violencia como la causa y la justificación del alzamiento y posterior represión franquista es una soberana estupidez.

El cómputo de muertes políticas durante la república incluyendo la revolución de Asturies hace una media de 500 muertes políticas por año. Una cifra muy alta, ciertamente, pero si tenemos en cuenta que para “solucionar” esa violencia (según los apologetas del alzamiento) se produjo una guerra civil en la que murieron más de medio millón de muertes (eso sin contar a los que no nacieron, los que marcharon al exilio y el empobrecimiento brutal que supuso para el conjunto de la población).

Pues bien, ahora cojamos esa cifra (más de medio millón de muertes directas) y la dividimos entre 100 años, ¿con qué nos encontramos? Con 5.000 muertos por año. Es decir, que para “solucionar” la violencia de la segunda república lo que se hizo fue multiplicar por 10 el número medio de muertos por año durante más de 100 años.

La II República fue otro fracaso español, cierto, otro Estado fallido más, pero por favor, que no nos vengan los apologetas de la barbarie a decir que la mejor solución a esa violencia política era multiplicar el dolor y la muerte.

Llegamos al franquismo, un Estado rígido, autoritario, que no fuerte y que no unido. En la España franquista estaban los ESPAÑOLES (con mayúsculas) y los malos españoles. Los malos españoles eran los rojos, los demócratas en general (aunque fueran de derechas), los ateos/agnósticos, los homosexuales, los nacionalistas periféricos y básicamente cualquiera que no comulgara con los principios fundacionales del régimen. De nuevo otro Estado fallido, incapaz de integrar a la mayoría de las personas.

Y llegamos a la “modélica” transición, que tiene similitudes y líneas paralelas con la Restauración borbónica de 1875, la historia es así de caprichosa, 100 años después llegó al trono el bisnieto de Alfonso XII.

La transición funcionó bien, en base a dos premisas, los rojos se olvidaban de 40 años de represión y humillación y el franquismo se integraba en el sistema democrático. No hubo depuración de jueces, militares o policías que participaron en la represión, pasaron a depender de la nueva estructura estatal, al disolverse la falange a muchos de sus cargos los convirtieron por arte de birlibirloque en funcionarios, ¡tachán!

La transición fue como un puente por el que antes solo pasaban coches y a partir de cierto momento dejaran circular también a camiones. Se suponía que con el tiempo se mejorarían los pilares, se ensancharían arcenes y se arreglarían los baches, mientras tanto la funcionalidad del puente dependía de que los que lo utilizaran condujeran con suma moderación.

Pero el puente no fue arreglado, someramente parcheado en algún caso y claro, la gente se cansó de ir despacio, después de tanto tiempo la solución provisional cada vez se mostraba más obsoleta e inútil. Además de que cada vez más gente pasaba de utilizar el puente y o bien utilizaba otros medios o bien no le dejaban pasar dependiendo de la carga que llevase.

SIGLO XXI

Nos encontramos de nuevo en una etapa donde el regeneracionismo costiano está de moda. De nuevo el gobierno intentará solucionar los problemas “desde arriba” y de nuevo fracasará, para reformar en serio y creíblemente la  sociedad habría que desmontar los chiringuitos de los privilegiados, de los cuales ellos mismos forman parte.
 
España es un Estado fallido, a día de hoy el conjunto de España se empobrece día a día, lo cual lleva a la desesperanza, al cabreo y a la descohesión. España, otra vez y si en alguna ocasión había dejado de estarlo, está desprestigiada. El lema catalán de “Independencia para cambiarlo todo” es bastante significativo. Si España no funciona como debería y si se considera que ya se ha hecho lo suficiente, es normal que entre la gente surja la alternativa de quererse salir del cortijo de los de siempre. Otra cosa es que el nuevo minicortijo vaya a ser mucho mejor, pero ese ya es otro tema.

La gente de los territorios sin una identidad propia que les empuje fuera de la idea de España, siguen la política desesperanzados, los griegos hablaban de un triángulo: democracia, demagogia y dictadura, de momento la democracia en su sentido etimológico brilla por su ausencia, la demagogia asoma sus orejas y lo que esté por venir todavía no lo sabemos.