Hace ya unos días traté el tema sobre
argumentos falaces aplicados a la reforma laboral. Ahora me viene a la mente algo que, de nuevo se está repitiendo machaconamente, y siempre que ocurre eso no puedo que preguntarme ¿por qué?
Aquí unos ejemplos de lo que se está diciendo, todos vienen desde un sector muy determinado de la sociedad:
Ejemplo 1: La consejera de Empleo y Economía, Carmen Casero, ha afirmado hoy en Tomelloso (Ciudad Real) que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que ha elaborado el Gobierno central son "
unos presupuestos valientes".
Ejemplo 2: La presidenta de Castilla-La Mancha recalcó que son
unos presupuestos "valientes".
Ejemplo 3: El presidente del BBVA, Francisco González, ha advertido hoy de que "aún queda mucho por hacer" pero ha asegurado que con las
medidas "valientes" que el Gobierno ha tomado en apenas dos meses y que antes eran "impensables" España comenzará a crecer de forma sostenida en 2013.
A lo que yo me pregunto, ¿qué es ser valiente? Ser valiente para mí significa saber plantar cara a los más fuertes, no por fanfarronería, sino porque realmente se cree que eso es lo justo y necesario. Y ¿acaso las decisiones y los presupuestos del gobiernos están siendo valientes? No mucho, el gobierno está tomando decisones para aplacar a los poderosos (esas cosas llamadas "mercados") a costa de machacar (si es menester) a los débiles o a los no tan fuertes.
El castellano es bastante flexible con la utilización del orden de las palabras en las oraciones (no así el inglés) y lo mismo da decir 'La vaca pacía plácidamente' que 'Plácidamente la vaca pacía' o que 'Pacía la vaca plácidamente'. Sin embargo, en ocasiones, la anteposición de un adjetivo puede cambiar totalmente el significado de una oración. Por eso, en vez de "
Están tomando decisiones valientes" soy más partidario de decir (con exclamacion y todo): "
¡Valientes decisiones están tomando!"
Mientras tanto mucho ojito con las ideas que, machaconamente, intentan insuflarnos esta pandilla de
baladrones.