Al ver esta y otras fotos pensé que eran obras que se estaban haciendo en China, ya se sabe que por esos lares son muy propensos a aquello de "caballo grande ande o no ande". Pero no, se podrá observar que en la retroexcavadora ondea la bandera aragonesa. ¡Bingo! Se trata de la enésima actuación (o ataque) al río Ebro, esta vez bajo la excusa de la "muy ecológica" Expo 2008.
Mucho se escribió sobre la navegabilidad del río Ebro, y algunas ya apuntamos que no tenía ningún sentido el querer convertir un río en un canal sólo para tener barquitos y creernos que así ya nos equiparábamos a París o Londres (donde sus respectivos ríos SÍ permiten ser navegados).
Si se quería navegar se tenía que haber optado por embarcaciones de escaso calado, hay muchas posibilidades, sólo había que elegir bien. Pero no, se eligieron modelos de barcos que no se adecuaban al pliego de condiciones (en donde se exigía que el calado máximo para el Félix de Azara fuera de 85 cm. y de 50 cm. para el Ebrobus) los modelos de barco elegidos, tienen un calado de 1 metro y de 0.76 metros respectivamente, así que cabría preguntarse por qué se decidió eso y quién o quiénes salieron beneficiados de dicha decisión. Interesante esta noticia, aparecida en el ecoperiódico en julio de 2007, sobre todo el primer comentario que aparece, firmado por Álvaro Gómez, director del CENTRO TECNOLÓGICO ELECTROSOLAR.
O se podían haber reideado las antiguas balsas que servían para transportar mercancías (por aquello de conseguir mezclar modernidad con tradición). O incluso mejor aún, se podía haber celebrado el 1150 aniversario de la subida del Ebro por los vikingos (sus drakkar sí que eran aptos para la navegación fluvial, con un calado de tan sólo 50 cm.) y haber utilizado el magnífico diseño de las embarcaciones normandas para subir y bajar el Ebro. Bueno, el Ebro y algo más, ya que en su expedición del 858 los vikingos subieron el Ebro desde Tortosa, pasaron de largo las ciudades de Zaragoza y Tudela ya que sus murallas las convertían en casi inexpugnables, remontaron el río Aragón y después el Arga, llegando hasta la misma Pamplona y secuestrando al rey Navarro García I Íñiguez. Esos bárbaros (en el sentido etimológico de la palabra) sí que sabían cómo navegar un río, hoy, más de mil años después, las "civilizadas" ciudadanas del siglo XXI hemos convertido el Ebro en un monstruo donde el hormigón gana terreno, donde en vez de adaptarnos al río queremos que el río se adapte a nosotras y donde los EXPOculadores se han salido con la suya, haciendo más ricos a los que ya lo eran y jodiendo al de siempre, eso sí, con una sonrisa mientras se observa el acorazado meandro de Ranillas, país...
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