Que el espíritu de los brutos no prevalezca.
Acto en contra del recrecimiento de Yesa en protesta por la aprobación de la declaración de impacto ambiental.
Corte de carretera en el puente de Artieda a las 12,30 horas.
YESA NO
ARTIEDA NO REBLA
Acto en contra del recrecimiento de Yesa en protesta por la aprobación de la declaración de impacto ambiental.
Corte de carretera en el puente de Artieda a las 12,30 horas.
YESA NO
ARTIEDA NO REBLA
Más informacion en
http://www.yesano.com/
A lo mejor llega el día en el que olvidemos lo mucho que le debemos a esta tierra, puede que el sudor que cayó arando el valle se diluya en un mar de infortunio, acaso conozcamos la jornada en la que el hormigón venza nuestras voluntades, quizá la fortuna depare el más oscuro de los anocheceres a las gentes del Aragón, es posible que nos olvidemos del río que dio nombre a nuestro país y quizá y sólo quizá nos rindamos un día, bajando nuestros brazos ante el enemigo. Tal vez llegue el momento en el que no nos percatemos de que tenemos las amapolas más rojas del mundo, porque hubo un tiempo en el que nuestros antepasados derramaron su sangre sobre nuestros campos.
Pero ese tiempo no ha llegado todavía, lucharemos, sin descanso, sin tregua, desde los oscuros despachos de la CHE a la luminosidad de las calles, desde las Cortes de Aragón a las de España, desde Artieda hasta Zaragoza, Madrid o Estrasburgo. Caminaremos hacia el horizonte de la justicia, o hacia el amanecer de la venganza.
A lo mejor llega el día en el que olvidemos lo mucho que le debemos a esta tierra, puede que el sudor que cayó arando el valle se diluya en un mar de infortunio, acaso conozcamos la jornada en la que el hormigón venza nuestras voluntades, quizá la fortuna depare el más oscuro de los anocheceres a las gentes del Aragón, es posible que nos olvidemos del río que dio nombre a nuestro país y quizá y sólo quizá nos rindamos un día, bajando nuestros brazos ante el enemigo. Tal vez llegue el momento en el que no nos percatemos de que tenemos las amapolas más rojas del mundo, porque hubo un tiempo en el que nuestros antepasados derramaron su sangre sobre nuestros campos.
Pero ese tiempo no ha llegado todavía, lucharemos, sin descanso, sin tregua, desde los oscuros despachos de la CHE a la luminosidad de las calles, desde las Cortes de Aragón a las de España, desde Artieda hasta Zaragoza, Madrid o Estrasburgo. Caminaremos hacia el horizonte de la justicia, o hacia el amanecer de la venganza.
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