Muchas personas jugamos a la lotería, a sabiendas de que estadísticamente es prácticamente imposible que nos toque, sin embargo jugamos cada semana con la esperanza de romper la probabilidad y asegurarnos un futuro mejor. Sin embargo hay algo más que la mera irracionalidad. Cuando haces tu apuesta, tienes una semana por delante para pensar en lo que harías si te tocase el premio, sintiéndote reconfortado en la vana esperanza. Al fin y al cabo puedes ver por la televisión como sí que hay gente a la que les toca el premio. También, de vez en cuando te va tocando algún importe menor que te da una modesta satisfacción.
Con el capitalismo pasa lo mismo, todas podemos ver a gente con mucho dinero, hay posibilidades, probabilidades de que tu situación mejore, es más, cabe la oportunidad de convertirte en muchimillonario. Sin embargo la estadística (al igual que con la lotería) nos dice que para que exista una punta de la pirámide tiene que existir una muy amplia base y que como mucho nos irán tocando pequeños reintegros.
El ganador de la lotería y el ganador del capitalismo están en la misma posición y los que sustentan sus respetivas bases también, es la ilusión lo que mantiene la lotería, así como es la ilusión lo que mantiene el capitalismo.
3 comentarios:
Eeeeeeeeeeeeey, pues yo sigo teniendo la esperanza de que me va a tocar la lotería o en su defecto... que voy a pegar un buen braguetazo
Si es que, como decía Lord Halifax, 'La esperanza es, en general, mala guía, pero es muy buena compañera de viaje'
es el efecto placebo del sistema. Si te dicen que la única manera de vivir tranquilo serán unos inciertos años a partir de los 65 con una mísera pensión después de 45 trabajando y que no hay ningún camino intermedio ni atajos (léase lotería) quedaríamos rotos por la mitad. El mundo necesita de ilusión y la lotería es solo eso, una ilusión, aunque sea como el cuento de la lechera...
saludos desde el maestrazgomagico.blogspot.com
RAUL
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