Hace mucho que no le dedico tiempo al blog, no sé la razón exacta, pero estoy desganado bloguerísticamente hablando. Así, que voy a darle a uno de mis temas favoritos, las predicciones a medio plazo.
Parece claro que el PP va a ganar, previsiblemente con mayoría absoluta, el PSOE, si de verdad se cumplen los peores augurios sacará menos diputadas que cuando se presentó Joaquín Almunia. A pesar del descalabro tendrá más de cien escaños, lo cual deja bien a las claras que a pesar de los pesares el modelo político español está perfectamente diseñado para fomentar el bipartidismo, lo que en otro sistema provocaría que el PSOE bajara de los cien diputados e IU llegara a cotas de poder nada despreciables, con el turnismo español el fracaso se recompensa con un grupo parlamentario nada despreciable incluso aunque el PP obtuviera la mayoría absoluta.
Pero me gustaría mirar a dos años vista. Hay que dar la razón al candidato Rubalcaba en algo, y es que las propuestas concretas del PP brillan por su ausencia. Sin embargo (y precisamente por esa falta de concreción) podemos imaginar que las medidas irán encaminadas a enflaquecer el Estado promocionando la privatización de servicios básicos, mantener impuestos aunque quizá se baje alguno menor por cuestiones publicitarias, regular a la baja las condiciones laborales e intentar activar la economía con inversiones públicas muy concretas (infraestructuras que, se necesiten o no, ayudarán a las grandes constructoras).
¿Se conseguirá la reactivación? No se sabe, si las medidas funcionaran sería en un plazo medio-largo, ya que la situación económica europea y mundial no está para echar cohetes. Si por un casual las medidas activaran de manera inmediata la economía supondría que inversores/especuladores han aterrizado y lo que generarían sería pan para hoy y hambre para mañana. Y si las medidas no funcionan estaríamos en una situación de caos social para el 2015.
Por otro lado hay factores externos imposibles de controlar, si la burbuja económica asiática (china sobre todo) es real y termina explotando, eso, aparte de generar inestabilidad, podría en el medio plazo ayudar a la economía europea y norteamericana, ya que el capital que huyera de Asia llegaría a unas economías tocadas, sí, pero que todavía tienen una base extremadamente fuerte, a eso habría que añadir que la presión sobre las materias primas que ejercen las economías asiáticas disminuiría, beneficiando a las economías occidentales. Otra cosa es que en el terreno geopolítico la situación sería impredecible, tanto en Asia como en los países que están basando su desarrollo y crecimiento en la subida de las materias primas.
Si por el contrario la inestabilidad se centra en Europa y en el euro, un gobierno estatal no tendrá mucho que hacer, más si es el gobierno español, en donde el PPSOE está de acuerdo con aceptar cualquier medida que venga de fuera, desde cómo se deben recortar los presupuestos, hasta cambiar la constitución para que "los mercados" se tranquilicen. El problema es que hay muchos inversores/especuladores que ahora ganarían muchísimo dinero si el euro cayera, por eso monedas como el franco suizo o el yen japonés están tan fuertes.
Por último y ya sociológicamente hablando, veo a un futuro presidente del gobierno procrastinante, una persona que en su partido ha dejado pudrir situaciones esperando que la cosa se solucionara sola, que ha actuado tarde y muchas veces mal y que finalmente ha sido encumbrado por una situación que le ha caído del cielo. Quizá sea lo suficientemente inteligente para rodearse de personas ejecutivas y decididas, pero si no es así habrá partes nuy importantes de la acción pública que dormirán el sueño de los justos mientras el resto de la sociedad evoluciona. Rajoy llegará al poder por el desencanto de la población hacia el PSOE, no por la ilusión de la sociedad en su proyecto. El PSOE supo mantener la ilusión que generó en 1982 durante bastante (demasiado incluso) tiempo, el PP no va a estar en la misma situación, incluso aunque consiguiera una mayoría absoluta más grande que la que logró Felipe González, las grandes mayorías no dejan de ser espejismos de la ley D'Hondt y además ahora no tendrán el control que entonces se tenía sobre los medios de comunicación, ni existía Internet en los años 80.
El reto del PP es máximo, pero el de la sociedad es todavía mayor.
Parece claro que el PP va a ganar, previsiblemente con mayoría absoluta, el PSOE, si de verdad se cumplen los peores augurios sacará menos diputadas que cuando se presentó Joaquín Almunia. A pesar del descalabro tendrá más de cien escaños, lo cual deja bien a las claras que a pesar de los pesares el modelo político español está perfectamente diseñado para fomentar el bipartidismo, lo que en otro sistema provocaría que el PSOE bajara de los cien diputados e IU llegara a cotas de poder nada despreciables, con el turnismo español el fracaso se recompensa con un grupo parlamentario nada despreciable incluso aunque el PP obtuviera la mayoría absoluta.
Pero me gustaría mirar a dos años vista. Hay que dar la razón al candidato Rubalcaba en algo, y es que las propuestas concretas del PP brillan por su ausencia. Sin embargo (y precisamente por esa falta de concreción) podemos imaginar que las medidas irán encaminadas a enflaquecer el Estado promocionando la privatización de servicios básicos, mantener impuestos aunque quizá se baje alguno menor por cuestiones publicitarias, regular a la baja las condiciones laborales e intentar activar la economía con inversiones públicas muy concretas (infraestructuras que, se necesiten o no, ayudarán a las grandes constructoras).
¿Se conseguirá la reactivación? No se sabe, si las medidas funcionaran sería en un plazo medio-largo, ya que la situación económica europea y mundial no está para echar cohetes. Si por un casual las medidas activaran de manera inmediata la economía supondría que inversores/especuladores han aterrizado y lo que generarían sería pan para hoy y hambre para mañana. Y si las medidas no funcionan estaríamos en una situación de caos social para el 2015.
Por otro lado hay factores externos imposibles de controlar, si la burbuja económica asiática (china sobre todo) es real y termina explotando, eso, aparte de generar inestabilidad, podría en el medio plazo ayudar a la economía europea y norteamericana, ya que el capital que huyera de Asia llegaría a unas economías tocadas, sí, pero que todavía tienen una base extremadamente fuerte, a eso habría que añadir que la presión sobre las materias primas que ejercen las economías asiáticas disminuiría, beneficiando a las economías occidentales. Otra cosa es que en el terreno geopolítico la situación sería impredecible, tanto en Asia como en los países que están basando su desarrollo y crecimiento en la subida de las materias primas.
Si por el contrario la inestabilidad se centra en Europa y en el euro, un gobierno estatal no tendrá mucho que hacer, más si es el gobierno español, en donde el PPSOE está de acuerdo con aceptar cualquier medida que venga de fuera, desde cómo se deben recortar los presupuestos, hasta cambiar la constitución para que "los mercados" se tranquilicen. El problema es que hay muchos inversores/especuladores que ahora ganarían muchísimo dinero si el euro cayera, por eso monedas como el franco suizo o el yen japonés están tan fuertes.
Por último y ya sociológicamente hablando, veo a un futuro presidente del gobierno procrastinante, una persona que en su partido ha dejado pudrir situaciones esperando que la cosa se solucionara sola, que ha actuado tarde y muchas veces mal y que finalmente ha sido encumbrado por una situación que le ha caído del cielo. Quizá sea lo suficientemente inteligente para rodearse de personas ejecutivas y decididas, pero si no es así habrá partes nuy importantes de la acción pública que dormirán el sueño de los justos mientras el resto de la sociedad evoluciona. Rajoy llegará al poder por el desencanto de la población hacia el PSOE, no por la ilusión de la sociedad en su proyecto. El PSOE supo mantener la ilusión que generó en 1982 durante bastante (demasiado incluso) tiempo, el PP no va a estar en la misma situación, incluso aunque consiguiera una mayoría absoluta más grande que la que logró Felipe González, las grandes mayorías no dejan de ser espejismos de la ley D'Hondt y además ahora no tendrán el control que entonces se tenía sobre los medios de comunicación, ni existía Internet en los años 80.
El reto del PP es máximo, pero el de la sociedad es todavía mayor.
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